Cartel Voces del Camino
Autor: Ramón González Palazón
El cartel de Voces del Camino es mi exploración de lo intangible, un intento de reunir en un solo gesto visual lo sagrado y lo terrenal, lo que es raíz y lo que es cielo. Tal vez, en cada línea y cada forma, se pueda recrear un viaje interior.
La piedra, el metal y el oro líquido constituyen el núcleo conceptual de esta composición, en los cuales he buscado capturar tanto la fuerza como la fragilidad de la experiencia humana. Las grietas en la piedra no son simplemente fisuras; son eco de sacrificios y promesas de redención, y sugieren que en la ruptura se abre un acceso a la luz, a un renacimiento espiritual que encapsula la esencia de este festival. Quise que las puntas evocaran tanto los clavos como las espinas de la Pasión, pero también que se formaran como un camino fracturado, una senda que resuena y se transforma con la voz. La música tiene esa capacidad de quebrar la quietud y, en su rompimiento, crear algo nuevo y sublime.
Así pues estos elementos sagrados o puntas invertidas representan el símbolo de ese cambio, una resignificación de la música como fuerza viva que atraviesa y transforma.
El oro líquido que emana de estas puntas, más que plantearlo como un recurso estético, condensa la esencia del sacrificio divino, transformando la sangre en luz y esperanza. En el cruce sutil de las formas, he querido sugerir la presencia de la Santa Cruz de Caravaca, símbolo anfitrión del festival, que aquí no se impone, sino que se descubre en la contemplación, en el entrelazamiento de lo material y lo sagrado.
Las ondas que se despliegan evocan horizontes, montañas y caminos, simbolizando la vibración de las voces e incluso elementos arquitectónicos sagrados de templos, que, en el contexto de este festival, alcanzan su plenitud como puente entre lo humano y lo divino. Al centro de esa fractura he situado un espacio de renacimiento y comunión, donde la materia cede su lugar al espíritu, y donde lo tangible se transforma en lo trascendental. En cuanto a la luz que envuelve la imagen, mi idea también ha sido rendir homenaje a la resurrección, un momento de pureza y renovación. Con las paletas cromáticas en Voces del Camino, he querido plasmar distintos estudios y maneras de enfoque en este cartel, y finalmente he preferido el blanco que es la parte final de esta historia, convirtiéndose en el comienzo y el júbilo, como símbolo de la luz y la nueva vida.
Este cartel es, en última instancia, para mí una invitación a detenernos frente a la sutileza de lo sagrado, aquello que las voces del camino susurran entre lo visible y lo invisible, en el espacio liminal donde habita el misterio divino.
Ramón González Palazón
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